MEDIA NARANJA
El amor está en todas partes. Si te cortan por la mitad, cómo estar seguro que la otra mitad no se la han comido o está dentro de la nevera o lo han exprimido. Te quedas esperando a llenarte de moho o ser devorada por un fanático de la vitamina C.
Menos mal que tengo mi media pera y lo quiero tanto, pero tanto, que la simetría y los sabores ya no tienen importancia.
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